El lunes pasado regresé de un viaje que me llevó por Praga, Viena y Budapest, lugar este último, donde pude hacer una pequeña escapadita a la estación de ferrocarril y comprobar que el personal de seguridad es mucho mas amable que el que nos toca por nuestro pais.
El acceso a las cercanias de los trenes esta restringido a pasajeros , como aquí, pero nada mas ver la cámara de fotos me abrieron la puerta y amablemente me invitaron a acercarme.
Me hubiese gustado perder mas tiempo, pero el viaje era mi luna de miel,y nos esperaba la opera de Pest, así que solo os puedo mostrar estas fotillos:
Un maquinista me dedicó unos cuantos bocinazos mientras me saludaba amablemente.